Productor musical e Ingeniero de sonido afincado en Barcelona. Alan cuenta con más de 10 años de experiencia en el análisis y la supervisión de todos los procesos de audio: desde la composición hasta el mastering. Con un marcado perfil multidisciplinar y focalizando en elementos como la lógica, la precisión y el orden durante todo el proceso de producción. Su trayectoria cuenta con colaboraciones para diversos artistas y publicaciones en varios sellos discográficos como Big Beat, Universal, Island Records, Def Jam, Tommy Boy, Parlophone, Le7els, Columbia, Ten y en sellos independientes como Vendetta, CR2, Spinnin, Nervous y Toolroom, entre otros.
Desde 2012 Alan combina su labor como Productor e Ingeniero con la formación académica en The Bass Valley Barcelona como trainer y sin dejar de publicar como Lepht a través de su propio sello. A ésta incesante e intensa actividad musical y docente, se suman sus sesiones como DJ como parte indivisible de Antinode.
El ecualizador siendo uno de los procesadores más sencillos de entender, al mismo tiempo es de los más complicados de aplicar por la infinidad de posibles combinaciones. No sólo en cuanto a configuración, sino en prestaciones o tipología. Cada uno de ellos o la combinación de varios nos ofrecen un gran abanico de posibilidades que puede cubrir la gran mayoría de funciones necesarias en un proyecto musical.
En los siguientes puntos explicaré mi aproximación al usar un ecualizador.
1 . Asemejar el uso del ecualizador a como escucha mi oído en un entorno real
Puede parecer muy místico, pero no lo es tanto. Imaginad que hay una moto a una distancia de un metro y esta se desplaza mientras nos mantenemos inmóviles. Con la distancia perderemos volumen y definición. En este caso la definición la podemos manipular con el ecualizador por lo que cualquier sonido dentro de un proyecto musical se puede manipular en cierta manera para crear una sensación de distancia y espacio. El concepto nos servirá para aplicar diferentes funciones sobre elementos en un proyecto asemejándose a la vida cotidiana. No uses tus oídos solo en el estudio, escucha lo que te envuelve cada día y así los educarás hacia un sonido más familiar y natural.
2 . Utiliza el ecualizador para mejorar el sonido y no cambiarlo
La parte más difícil al usar un ecualizador . La idea es llamativa y realmente es lo que supuestamente debemos hacer con un ecualizador, incluso con aquellos que nos puedan generar algún tipo de armónico nuevo. Desempeñar esta función requiere de experiencia y paciencia. Varios puntos a tener en cuenta para no desviarnos del sonido general.
- Escuchar el sonido o sonidos a tratar en el contexto musical – Con todas las pistas del proyecto, no se debería ecualizar en solo -.
- Decidir cual es su rol en la mezcla de sonidos o proyecto.
- Aplicar el proceso para su mejor integración en el grupo de sonidos, pero sin perder el carácter original ni el de las demás pistas. Recuerda, menos, es más. A veces.
Estos puntos parecen lógicos y aunque lo sean, ¿realmente se invierte este tiempo en ello? Primero escucha después piensa y luego aplica. Pruébalo!
3 . Corregir una señal o varias puede resultar engorroso y aún así el ecualizador nos facilita el trabajo.
Según mi experiencia debemos tener claro cual es el problema de la fuente sonora, hagamos una lista de los problemas más habituales.
- Resonancias, estas pueden estar generadas de diversas maneras.
- 1 Resonancias de la sala donde se ha grabado
- 2 Resonancias el instrumento
- 3 Resonancias del micrófono
Las resonancias son puntos de energía y si los tratamos como lo que son en realidad son más fáciles de tratar en un contexto sonoro. Hay que tener en cuenta que estas resonancias existen en nuestro día a día con lo que intentar eliminarlas es imposible, pero si se pueden manipular y incluso beneficiarnos.
- Estridencia o brillo excesivo. Es un problema muy habitual, en este caso puede que debamos utilizar un procesador algo más avanzado que un ecualizador estático. Aunque viene siendo un ecualizador, el dinámico nos resuelve muchos problemas y solo actuando en el momento idóneo.
- Exceso de graves y subgraves. Desde hace mucho tiempo se a creado la idea de que hay que eliminar estas frecuencias mediante un HPF con la pendiente más abrupta posible. ¡Digamos NO! Al HPF en todas las pistas excepto el bombo y bajo. Todos los instrumentos tienen el peso y el cuerpo en esa franja frecuencias. ¡Sí al Low shelf con una Q baja! De este modo no eliminamos el peso y grosor del instrumento.
Esperamos que estos trucos os sirvan y no olvidéis suscribiros a nuestra newsletter (en la home de nuestra web) para estar al tanto de los trucos y consejos que nos ofrecen los profesionales que pasan por The Bass Valley.
Hasta la próxima…